¿QUIÉN ESTÁ PRIMERO, MI MAMÁ O MI ESPOSA?
|¿QUIÉN ESTÁ PRIMERO, MI MAMÁ O MI ESPOSA?
En una ocasión un señor joven me preguntó:
– Padre, ¿a quién debo poner primero, a mi mamá o a mi esposa? -yo le dije:-
_ Por qué me pregunta eso?” -él me dijo:-
– Estoy casado desde hace cinco años y mi esposa y mi mamá nunca se han llevado bien, incluso a veces mi mamá ha tratado mal a mi esposa, por eso ella no la quiere ni ver, así que frecuentemente estoy en un dilema, porque mi esposa me pide que no vaya a ver a mi mamá y mi mamá me pide que vaya a verla; mi esposa me dice que no ayude económicamente a mi mamá, pero mi mamá me pide que la ayude; mi esposa no quiere que yo lleve a mi mamá a ningún lado, pero mi mamá me pide que lo haga; mi esposa no quiere que ni siquiera hable por teléfono con mi mamá, pero mi mamá me pide que le llame; yo no quiero ignorar a mi esposa, pero siento que tengo obligación de atender a mi mamá, entonces me pregunto ¿a quién debo poner primero, a mi mamá o a mi esposa? -yo le respondí:-
_ La familia de la cual uno procede es importante y, uno, no debe romper los lazos que lo unen a ella aunque se case, además que la observancia del cuarto mandamiento de la ley de Dios ‘Honrarás a tu padre y a tu madre’, no tiene fecha de caducidad, es decir, obliga toda la vida, aunque de diferente manera, dependiendo de la edad y de las distintas circunstancias en las que uno se encuentre; ahora bien, cuando una persona se casa, forma una nueva familia, y esa nueva familia es más importante para uno que la familia de la cual procede, por lo tanto, cuando tenga duda acerca de a quién debe atender, primero piense que la familia que ha formado tiene prioridad sobre la familia de la cual proviene, que pasa a un segundo plano; así que sin desatender o faltar a la caridad a su madre, debe hacer caso primero a su esposa antes que a su madre..
La Biblia dice: «Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre. Y se unirá a su mujer. Y serán los dos una sola carne» (Genesis 2,24), este pasaje habla de la prioridad que tiene la familia que uno forma sobre la familia de la cual uno desciende. Este mandato tan simple que encontramos en el Génesis es una continua fuente de problemas entre los esposos si no tienen bien claras las prioridades en su relación.
Cuando uno se casa, la prioridad para él o para ella es su esposa o su esposo. Esta prioridad se antepone a los hijos, y por supuesto a los padres. El problema está cuando no se tienen definidas las prioridades, o cuando se está sujeto a una cierta coacción o dependencia de cualquier tipo, por parte de la familia de origen, destacando sobre todo la dependencia emocional.
Esto hace que, cuando no se dé una respuesta inmediata a los padres por parte del hijo o de la hija, estos se sienten culpables. Y para no sentirse uno culpable, entonces hace caso a las peticiones de los padres. Claro que, esto conlleva la mayoría de las veces un conflicto con el cónyuge que se siente relegado o postergado.
Los maridos deben tener en cuenta que el amor a la mamá y a la esposa son igualmente importantes: su mamá siempre será su mamá y siempre le deberán respeto y amor. Ella los formó y fue la primera mujer que los amó y los seguirá amando incondicionalmente.
Pero a su esposa le deben total devoción, cuidados, fervor, protección, etc. Son amores tan distintos y grandes a la vez que no tienen por qué entrar en conflicto. No ha de haber ni siquiera comparación.
Pueden y deben amar a ambas. Su madre siempre será su madre, pero nunca ha de ser motivo para que su esposa sea relegada. Entendamos, no es competencia ni rivalidad, sino poner a cada una en el lugar que por derecho le corresponde.
El esposo y la esposa deben esforzarse por tener un buen matrimonio y una buena relación con sus papás, pero siempre recordando que su matrimonio es primero. El esposo y la esposa, deben ser primero, aún por encima de sus hijos.
Los dos libremente prometieron delante de Dios amarse, respetarse, protegerse, y cuidarse todos los días de sus vidas. Ojalá que siempre lo cumplan.